De vuelta a la frutería

Cuando digo puerta, es un Adiós.

Ya no hay vuelta atrás.

Cuando digo puerta, me sale ese orgullo que pensaba que no tenía.

Aunque si cabe la posiblidad de guardar el orgullo y quedar una sola vez, por supuesto que lo haría, sería una puer. No cerraría del todo, porque ante todo soy mujer, y tengo sentimientos, no como otros.

Pero... normalmente cuando digo Puerta y me río mientras esta palabra sale de mi boca, es un adiós. Porque sé que estoy convencida de mis palabras.

Si hace meses salí del mercado, y al cabo de un tiempo decidí volver, esta vez lo tengo claro. Me quedo a comprar tomates, pero también melones y sandías.

Lo malo es que ese tomate me gustaba. Y ahora ir en busca de melones, sandías o manzanas me da un poco de pereza.

Buf! el volver a empezar me da pereza. Pero poco a poco. Mañana vuelvo a la frutería.

Seré selectiva como siempre, pero chicas, seamos sinceras, las solteras como nosotras somos siempre selectivas, y más con los años, porque si no ya estaríamos con el primer tomate que nos hubiese dicho: yo salgo bueno en las ensaladas.

Y no, nosotras, al menos yo, tengo criterio. Yo quiero mi tomate especial, o mi melón especial, o mi sandía especial.

Ya me cansé de ser la buena niña.

Me cansé de los tomates que no tienen decisión.

Estoy liberada. Y cabreada? mmmm.....

Cabreada porqué? Pierdo el tiempo enfadándome, y la verdad, no estoy para perder el tiempo. Tic-Tac.

Mañana empiezo una nueva vida. Otra Jones.

Jones dedica este post a todas las solteras que siguen en busca de su tomate/príncipe azul.

Y desde aquí anima a todas las solteras a armar una revolución. Pero una revolución del amor.

Chicas solteras : Levantad la cabeza bien alta y decid conmigo: ningún tomate hará que merezca la pena cortarlo a trozos y meterlo en la ensalada a no ser que le curre. Y lo demuestre.

Amén.

Un salud@

Jones